La decepción Mata al Amor: Reflexión sobre el Dolor y la Superación

Hay algo que tengo muy claro:

Nunca voy a animarte a perdonar una traición.

¡Nunca!

Porque para mí, el amor muere cuando te traicionan.

El amor es admiración, y cuando esa admiración se rompe, la relación ya no es la misma.

La decepción mata al amor, y una traición es, sin duda, la decepción más grande que puedes experimentar.

Cuando alguien te apuñala por la espalda, cuando descubres que te han traicionado, toda esa admiración, todo ese cariño que sentías por esa persona se va al carajo.

Lo he visto tantas veces…

y probablemente tú, que estás viviendo esto ahora mismo, ya habrás notado cómo esos recuerdos bonitos se disipan al descubrir la verdadera cara de la deslealtad.

Es un dolor agudo, que se transforma en rabia, impotencia, asco y tristeza.

Por eso te digo que la traición mata al amor.

Porque te arranca de golpe ese sentimiento puro que tenías, y lo transforma en algo oscuro.

Dejas de admirar para empezar a despreciar.

Y es cierto, quizás, por circunstancias personales, tú decides quedarte a su lado, y eso es respetable.

Pero si decides quedarte, debes ser consciente del calvario emocional al que te estás exponiendo.

Porque el amor, por más fuerte que sea, no puede sobrevivir a una traición.

No puede sobrevivir a la mentira, al engaño, a la desconfianza infinita que se instala en tu corazón.

Mira, después de una traición, la verdad es que no hay marcha atrás.

No puedes justificarlo como un error, porque no lo es.

Toda traición es una decisión consciente.

Quien te traiciona sabe lo que está haciendo.

Por eso, no permitas que te lo vendan como un accidente o un momento de debilidad.

No aceptes disculpas vacías, porque una traición no es un desliz, es una elección.

Ahora es cuando comienza tu proceso.

Sé que duele, sé que es lento, pero ten claro que es solo eso: un proceso.

Y como todo proceso, eventualmente terminará.

¿Qué te aconsejo? Primero, acepta tu dolor tal y como lo sientes.

No lo escondas ni lo reprimas.

Tienes derecho a sentirte así, y tratar de ocultarlo solo prolongará el sufrimiento.

Permítete ver las cosas como son.

Lo que te ocurrió no fue más que el reflejo de la persona que te traicionó, no de ti.

Acepta que esa persona no estaba a la altura de lo que tú mereces, y eso, aunque duela ahora, te abrirá las puertas a algo mucho mejor en el futuro.

Porque créeme, tú no puedes estar enamorado de alguien que te traiciona.

Lo que sientes ahora es amor herido, es nostalgia, pero no es amor verdadero.

El verdadero amor nunca traiciona, nunca te hace daño de esa manera. Y aunque ahora eches de menos la compañía, los momentos compartidos, esa añoranza no es más que el recuerdo de lo que pensabas que era.

La realidad es muy diferente!

Así que, aquí es donde empieza tu camino hacia la sanación.

Enfócate en ti. Aprovecha esta oportunidad para hacer cambios, para marcarte nuevos objetivos.

Crece, mejora tu parte emocional y física, y sobre todo, trabaja en tu amor propio.

Porque cuando te amas a ti mismo, te vuelves más fuerte y más capaz de dejar ir lo que no te sirve.

Transforma tu dolor en sabiduría, en fuerza, en felicidad.

Esa persona no fue capaz de valorar tu amor, pero eso no te define a ti ni define lo que eres capaz de dar.

Al final, lo importante es que sigas creciendo, que sigas brillando.

Como suelo decir, sé un puñetero sol, no una simple bombilla.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

14 − 6 =

Pon tu mail y recibe un regalo ahora