Cuando los silencios y las Actitudes de tu Pareja Hablan Más que las Palabras

A veces no es que tu pareja no sea detallista, sino que hay ciertas actitudes, igual que silencios, que hablan por sí mismos.

Te cuento algo:

Si a ti te gustan los croissants y tu pareja trabaja enfrente de una panadería que, además, es famosa por sus croissants, y va a desayunar allí todos los días, pero nunca te trae uno…

Eso no es falta de detalles. Esa actitud está hablando de algo más profundo:

Del desinterés que tu pareja podría estar sintiendo por ti.

No se trata solo de esperar que hagan cosas por nosotros, es que las pequeñas acciones, esos gestos cotidianos, son señales de cuánto nos importan las personas a las que amamos.

Por supuesto, no todo es en blanco y negro.

No es que tu pareja no tenga buenos momentos o no te quiera de ninguna manera, pero esos pequeños detalles, o la ausencia de ellos, hablan mucho más de lo que a veces nos damos cuenta.

Siempre he creído que hay que prestar atención a lo que no se dice.

No todo se comunica con palabras.

Las acciones, o incluso los silencios, dicen tanto o más que las palabras.

Si tu pareja te conoce bien, sabe lo que te gusta, sabe qué cosas te hacen feliz y tiene la oportunidad de hacerte un pequeño gesto, pero no lo hace… eso es algo que merece ser observado.

Es importante entender que no todo está en los grandes gestos de amor.

Muchas veces, el verdadero amor se ve en las pequeñas cosas, como en esa taza de café que te preparan por la mañana, en el mensaje inesperado a mitad del día o, sí, en ese croissant que podrían haberte traído.

Pero cuando esos gestos sencillos no ocurren, especialmente cuando podrían hacerlo fácilmente, eso también nos cuenta algo sobre la relación.

Creo que lo mejor que podemos hacer es aprender a observar.

Observar sin juicios rápidos, pero con el corazón abierto a las señales.

Las actitudes pueden hablarnos de lo mucho que alguien se preocupa por nosotros, o de lo contrario, del desinterés que empieza a aflorar.

Y esto no siempre es malo; a veces nos ayuda a abrir los ojos y a entender que quizá estamos esperando algo de alguien que no está en el mismo punto emocional que nosotros.

Al final, no se trata de esperar una vida de cuentos de hadas, llena de gestos románticos cada día.

Se trata de darnos cuenta de cómo somos tratados en el día a día, de ver si nuestras necesidades emocionales están siendo atendidas.

Porque el amor verdadero no solo se dice, se demuestra.

Y para saberlo, a veces solo hace falta taparnos los oídos y abrir los ojos.

Las actitudes, para bien o para mal, siempre hablarán solas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dieciocho − nueve =

Pon tu mail y recibe un regalo ahora